El USA 193, que caerá en breve sobre la Tierra, es un satélite espía fabricado por Lockheed Martin, que costó miles de millones de dólares y fue lanzado mediante un cohete Delta II desde la base aérea de Vandenberg (California, EE.UU.) el 14 de diciembre de 2006. Según las Fuerzas Aéreas, el USA-193 estaba destinado a "proporcionar información de inteligencia de un valor incalculable para apoyar la guerra contra el terrorismo".
Sin embargo, pocos días después del lanzamiento el satélite falló, tal vez por un problema el software y/o en el despliegue de los paneles solares que necesita para abastecerse de energía. Las autoridades tardaron varios meses en reconocer el fallo.
Con respecto a los riesgos que supone su próxima caída sobre la Tierra, los expertos consideran que su reentrada en la atmósfera seguramente desintegrará algunos de sus componentes más débiles, pero no el cuerpo principal del satélite, si bien éste podría fragmentarse. También es muy posible que resista el tanque de combustible, conteniendo la peligrosa hidrazina.
Los restos del satélite podrían resultar esparcidos sobre un área de varios kilómetros. En cuanto al punto previsto de impacto no es mucho aún lo que puede preverse, ya que dependerá de su órbita y de su trayectoria terminal al reentrar en la atmósfera. La reentrada de satélites en la atmósfera terrestre no es inhabitual, pero generalmente se conserva el suficiente control sobre los mismos como para redirigirlos hacia el océano. No parece ser éste el caso, y algunos hablan de una filtración interesada desde alguna agencia de seguridad.
Llegado el caso, parece que el caza F-15 estaría en condiciones de utilizar sus misiles ASM-135 ASAT (foto) contra los restos del USA 193.
[Fuente: http://www.kriptopolis.org/]
Sin embargo, pocos días después del lanzamiento el satélite falló, tal vez por un problema el software y/o en el despliegue de los paneles solares que necesita para abastecerse de energía. Las autoridades tardaron varios meses en reconocer el fallo.
Con respecto a los riesgos que supone su próxima caída sobre la Tierra, los expertos consideran que su reentrada en la atmósfera seguramente desintegrará algunos de sus componentes más débiles, pero no el cuerpo principal del satélite, si bien éste podría fragmentarse. También es muy posible que resista el tanque de combustible, conteniendo la peligrosa hidrazina.
Los restos del satélite podrían resultar esparcidos sobre un área de varios kilómetros. En cuanto al punto previsto de impacto no es mucho aún lo que puede preverse, ya que dependerá de su órbita y de su trayectoria terminal al reentrar en la atmósfera. La reentrada de satélites en la atmósfera terrestre no es inhabitual, pero generalmente se conserva el suficiente control sobre los mismos como para redirigirlos hacia el océano. No parece ser éste el caso, y algunos hablan de una filtración interesada desde alguna agencia de seguridad.
Llegado el caso, parece que el caza F-15 estaría en condiciones de utilizar sus misiles ASM-135 ASAT (foto) contra los restos del USA 193.
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