El satélite espía fuera de control que podría impactar contra la Tierra a finales de febrero o primeros de marzo, cada vez tiene más posibilidades de ser derribado antes de entrar en la atmósfera por un misil modificado que se lanzará desde un buque de guerra norteamericano.La decisión final -que está sólo pendiente de una próxima reunión en el Pentágono- involucra a diversas agencias y organismos gubernamentales, incluyendo la NSA.
Al parecer se trata de una decisión controvertida, por cuanto Estados Unidos y otros países criticaron el año pasado una acción similar desarrollada por el gobierno chino contra un satélite meteorológico.
Una vez decidida la estrategia a seguir para evitar que el misterioso satélite espía fuera de control impacte sobre la tierra, entran ahora en escena los militares rusos para ponerle la guinda a este culebrón, y es que los militares rusos sospechan que el satélite pudiera llevar a bordo una instalación nuclear, ya que nadie le ha visto nunca paneles solares.
Según la Agencia Rusa de Información Novosti, Ígor Bárinov, vicepresidente del comité parlamentario de Defensa de Rusia, se mostró preocupado por el hecho de que EEUU haya tomado unilateralmente la decisión de derribar el satélite.
Bárinov comentó que los militares rusos siguen el vuelo del aparato espacial, pero que su trayectoria "sigue estando poco clara".
Estados Unidos ha anunciado que si la interceptación del satélite espía falla, el artefacto entrará en la atmósfera de forma incontrolada hacia el día 6 de marzo y podría caer en cualquier punto de la superficie terrestre entre los 58ºN y los 58ºS, que casi es lo mismo que decir que sólo están a salvo los polos.
Eso sí: en ese caso los EE.UU. ayudarán a los gobiernos afectados a mitigar las posibles consecuencias.
Los expertos afirman que alguno de los cientos de miles de fragmentos que generará el impacto del misil podría dañar a la Estación Espacial Internacional (ISS).
El satélite espía norteamericano es dos veces y media más grande que el satélite chino que se destruyó el año pasado y se encuentra a 240 Kms de altura (mientras aquel estaba a 850 Kms). La ISS orbita a 340 Kms, por lo que no parece descartable que algún fragmento pudiera llegar a impactarla.
[Fuente: www.kriptopolis.org]
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