miércoles, 13 de marzo de 2013

UNAS RECOMENDACIONES CINEMATOGRÁFICAS...


LA SOMBRA DE LOS OTROS
Un thriller que juega con la mejor y única carta con la que se puede jugar en este género: la sorpresa y el mantenimiento del interés hasta el final. La historia comienza con una psicóloga (Julianne Moore) tratando de resolver el extraño caso de un paciente (Rhys Meyers) con doble personalidad, capaz de cambiar tanto su mente como algunas propiedades de su cuerpo. El misterio se irá incrementando cada vez más hasta llegar a un punto donde la película prácticamente evoluciona al género de terror fantástico.
Es el típico film que recomiendo ver sin saber muchos detalles, preferentemente sin haber visto ni siquiera el tráiler, pues pienso que de ese modo se disfrutará mucho más.
Para colmo, la pareja protagonista la forman dos estupendos actores que están bien en casi todo lo que hacen.
Un buen thriller del que mientras menos se sepa antes de verlo, mejor.



LUCES ROJAS
Pues sí, amigos, ni desnudos, ni miradas perdidas, ni guerra civil a las que tan acostumbrados estamos en este país. Que no es por menospreciar lo que se hace siempre, pues si está bien hecho, es igual de bueno, pero hay que reconocer el mérito del señor Cortés en su tercer largometraje. Sabe muy bien como desmarcarse de lo establecido. Empezó con la personal "Concursante", siguió con la sorprendente "Buried" y esta vez, nos regala una película concebida por él mismo y recupera para el gran público a los grandes Robert de Niro y Sigourney Weaver. Él está inmenso, da esa energía necesaria para que su personaje sea interesante y temible; ella, tremenda como siempre (anecdóticamente de vuelta al género de los “cazafantasmas”). Rodrigo Cortés dijo que el papel era para ella y sinceramente no se me ocurre nadie mejor para dar vida al escepticismo científico de la historia.
Aviso a quién espere ver una película de miedo que esta no lo es. Algún sustillo quizá, pero poco más. Es más bien una lucha entre creer o no en lo parapsicológico. ¿Hay algo más allá que la ciencia no puede explicar? ¿O todo tiene una explicación científica? ¿Gente con poderes psíquicos o simples fraudes? Esas son las preguntas de la lucha en la que se ve envuelto un genial (como siempre) Cillian Murphy. Y nosotros, como espectadores también, atentos a cada movimiento, a cada frase de una lucha que se asemeja a una partida de ajedrez, desmontando nuestras teorías y suposiciones hasta el mismísimo final.



ARGO
Ben Affleck reafirma su eficiencia como director, tras la acertada “Adiós, pequeña, adiós” y el éxito de “Ciudad de Ladrones” adaptando un hecho histórico real con “Argo”, su tercera película.
En ella nos lleva a 1979, a la conflictiva situación creada por el secuestro por parte de un grupo de iraníes de la embajada de los Estados Unidos en Teherán. Canadá y EEUU se verán forzados a unir fuerzas para conseguir infiltrarse en el país y rescatar a un grupo de diplomáticos atrapados tras el sitio. Ningún plan parece tener las suficientes probabilidades de éxito, y el “menos malo” que encuentran es introducirse alegando ser el equipo de rodaje de una película de ciencia ficción y camuflar a los diplomáticos como parte de los técnicos…
La verosimilitud de lo narrado viene dada tanto por un despliegue técnico (maquillaje, vestuario, diseño de producción, fotografía, bso, etc.) de alto nivel que nos ubica en la época de los hechos de una manera excelente, así como por una recreación de las vivencias de los afectados mediante las interpretaciones de su equipo protagonista estupenda, donde brillan familiares rostros de conocidos secundarios (sobresalientes Alan Arkin y John Goodman), amén de un trabajo de casting, que sumado a la caracterización regala un sorprendente parecido entre las personas reales y los personajes creados en “Argo”.
Pero nada de lo enumerado podría ser efectivo traducido al cinematográfico lenguaje sin un guión que atrapa al espectador, que nos hace viajar por la historia mostrando el retrato político y humano sin lastrar el ritmo de la acción (quizás lo más insípido y prescindible de la narración resulta la historia personal y trasfondos del personaje interpretado por el directo), y una dirección de gran calidad que termina por rubricar que el mejor Ben Affleck es aquel que se ubica detrás de las cámaras.
La realidad, como suele decirse, en muchos casos supera a la ficción, y en este caso, la historia y la magia del cine se funden de una hábil manera creando un thriller de primera categoría. Recomendable para todos aquellos amantes de las películas “basadas en hechos reales” pero bien adaptadas, del thriller, y, en general, del buen cine. Interesante.

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